Buscar

Perspectivas del sector empresarial 2023

Edwin Maldonado. Director Ejecutivo Comité Intergremial y Empresarial del Valle del Cauca.

Sin duda algunos estos últimos tres años han sido los más convulsionados para nuestra generación. A nivel mundial pandemia, crisis logística internacional, guerra entre Rusia y Ucrania; a nivel local estallido social, inflación e incertidumbre política. Todos estos factores, que en su mayoría siguen vigentes, hacen que sea difícil tener un panorama certero de lo que vendrá para el sector empresarial y más para una región en particular, dado que no se pueden controlar. Pero si bien no estamos en capacidad de predecir, estos tres años reflejan algo muy importante que va a ser clave para afrontar lo que viene para el 2023: la capacidad del tejido empresarial vallecaucano para afrontar las crisis, que algunos llaman resiliencia empresarial.

En el 2020 la afectación de una crisis mundial en el Valle se vio minimizado gracias a las bondades de tener una matriz empresarial diversa y sofisticada que se puede adaptar a los cambios, sumando a un trabajo público – privado conjunto para atender la coyuntura y hacer una rápida reapertura de las actividades de forma gradual y responsable. Con una caída del -5.3% del PIB, inferior al promedio nacional de -6.8%, el Valle se convirtió en uno de los 6 departamentos que menos decreció, superando a Bogotá, Antioquia y Atlántico, demostrando capacidad de resiliencia ante las crisis.

Para el 2021 no esperábamos que un paro afectara tanto nuestro proceso de reactivación, y en el Valle fue donde más se sintieron los efectos de los bloqueos, lo cual indudablemente hizo que perdiéramos liderazgo en el contexto nacional; a pesar de ello, logramos recuperarnos en tres meses para terminar el año 2021 creciendo en términos del PIB  con un estimado aproximado de 6% (todavía no hay cifras oficiales) que si bien fue por debajo del promedio nacional, que fue de 10.6%, sigue reflejando nuevamente la gran capacidad de resiliencia de nuestro tejido empresarial.

En el 2022 aun en un contexto de incertidumbre política por ser un año de elecciones, el panorama económico reflejó cosas positivas en varios sectores. De acuerdo a cifras del IMAE el crecimiento económico regional año corrido para el tercer trimestre de 2022 podría estar alrededor de 10.2%, levemente por encima de lo que muestra el DANE para el país con un 9.4%. Sin embargo, tanto a nivel nacional como en el Valle desde el tercer trimestre se observa que el crecimiento se ha venido moderando, debido a que se han acrecentados problemas como la inflación, el acceso a capital y recientemente la volatilidad cambiaria, lo que sugiere revisar la baja de las perspectivas de crecimiento para el final de año en Colombia, mientras que el mundo las revisa al alza. A pesar de esto, todo parece indicar que al final del 2022 el Valle volvería a estar por encima del crecimiento de la economía nacional, que se estima en un 8%.

Para el próximo año, 2023 en el Valle, aunque si bien empezaremos con una economía más grande que prepandemia, lo cierto es que por la misma diversidad económica que tenemos, la situación de las empresas puede ser diferente; unos sectores no han podido reponerse totalmente de las afectaciones del COVID y paro; otros tienen bajo flujo de caja; otros necesitan hacer reconversión tecnológica. En general, para la mayoría el proceso de recuperación ha sido lento, exceptuando algunos subsectores de la industria manufactura, el sector vivienda comercio, turismo y entretenimiento que tuvieron una dinámica de recuperación excepcional. Por tanto, uno de los retos para el 2023 será tener un crecimiento equilibrado de todos los sectores de nuestro diverso aparato productivo, para tener una dinámica de recuperación del empleo sostenible.

De acuerdo a FMI, Banco Mundial y OCDE el próximo año será de desaceleración de la economía a nivel mundial, y todos los estimados de crecimiento del PIB para Colombia están alrededor del 1%. Por tanto, a diferencia de 2022 va a haber mayores restricciones al crecimiento empresarial. Por el lado externo, factores como la crisis logística y la guerra entre Rusia y Ucrania seguirán generando efectos negativos, y por el lado interno no parece que se vayan a resolver en el corto plazo los problemas inflacionarios. Es normal que en un cambio de gobierno se presenten dudas sobre el futuro de muchas políticas y no se tenga claro el panorama de cómo se van a implementar muchas reformas y cambios propuestos, por lo cual el próximo año será de muchos cambios en temas claves para el sector empresarial como el pensional, laboral y salud. Todavía está en construcción el Plan Nacional de Desarrollo y en la medida que se vayan definiendo el rumbo de diferentes aspectos económicos vitales, la toma de decisiones de las empresas en el largo plazo será más clara.

Todo parece indicar que continuaremos en un contexto de incertidumbre, y la diferencia entre las regiones estaría en cómo lograr suavizar la desaceleración de la economía, proteger el empleo y el tejido empresarial, para que no se agrave la situación social de las familias y su consumo. El Valle del Cauca es uno de los departamentos llamados a tener un crecimiento por encima del promedio nacional e incluso el de mayor crecimiento en el país, puesto que nuestros retos sociales, como lo demostró el estallido social, son enormes.

En un 2023 convulsionado debemos reafirmar la capacidad de nuestro tejido empresarial de reponerse ante las crisis, pero para esto es clave la suma de esfuerzos entre actores del ecosistema público, empresarial y académico para superar los diferentes problemas y para seguir aprovechando al máximo nuestras potencialidades, pues solo juntos podremos superar los retos sociales y económicos que se vienen para el 2023.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Artículos recomendados

Conoce más

Escríbenos